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Resumen
La producción de contenidos in house se ha convertido en uno de los debates más habituales en equipos de marketing y comunicación. ¿Conviene más contar con un equipo propio dedicado a generar vídeos, fotografías y publicaciones, o es mejor externalizar la producción a agencias y proveedores especializados? En un mercado donde la rapidez, la calidad […]
La producción de contenidos in house se ha convertido en uno de los debates más habituales en equipos de marketing y comunicación.
¿Conviene más contar con un equipo propio dedicado a generar vídeos, fotografías y publicaciones, o es mejor externalizar la producción a agencias y proveedores especializados?
En un mercado donde la rapidez, la calidad y la optimización de recursos son esenciales, tomar esta decisión puede marcar la diferencia en la rentabilidad de la estrategia digital de una empresa.
En este artículo analizaremos qué implica realmente la producción de contenidos in house, cuáles son sus ventajas y desventajas, cómo se compara con la externalización tradicional y qué aporta un modelo híbrido basado en plataformas centralizadas y equipos modulares como el de Storimake. También veremos qué modelo conviene según el tamaño de la empresa y el nivel de recursos disponibles.
Qué implica la producción in house
La producción de contenidos in house consiste en crear todo el material audiovisual y digital con un equipo interno. Esto significa que la empresa contrata directamente a creativos, diseñadores, fotógrafos, videógrafos y community managers, quienes trabajan exclusivamente para la marca.
Entre sus principales ventajas está el control absoluto sobre el proceso. Tener al equipo dentro de la organización permite una mayor cercanía con los objetivos, la cultura y la identidad de la marca. La disponibilidad también es un punto fuerte: al contar con un equipo interno, es más sencillo responder a necesidades urgentes o cambios de última hora.
Sin embargo, este modelo también presenta importantes desventajas. Mantener un equipo interno conlleva costes fijos altos, que incluyen sueldos, seguridad social, licencias de software y equipamiento. Además, los recursos suelen ser limitados: un equipo pequeño no siempre puede producir a la velocidad y en la variedad de formatos que exige el mercado. Finalmente, está la curva de aprendizaje: formar un equipo in house desde cero requiere tiempo para alcanzar un nivel de calidad competitivo.
Externalización con agencias tradicionales
La alternativa clásica a la producción de contenidos in house es externalizar a agencias de marketing o productoras audiovisuales. En este modelo, la empresa delega la creación de sus campañas a un proveedor externo que gestiona todo el proceso.
La principal ventaja de esta opción es la percepción de calidad. Muchas agencias cuentan con equipos experimentados y equipamiento profesional que asegura un alto nivel de producción. Además, las empresas no tienen que preocuparse por los costes fijos de mantener personal interno.
No obstante, esta externalización también presenta inconvenientes. En primer lugar, los costes suelen ser mucho más altos que en otros modelos, ya que incluyen no solo la producción, sino también los márgenes de la agencia. En segundo lugar, los tiempos de entrega suelen ser largos: coordinar agendas, procesos de revisión y producción puede alargar semanas un proyecto que, con una metodología más ágil, podría resolverse en días.
La dependencia del proveedor es otro riesgo. Cuando todo está en manos de una agencia, la empresa pierde control sobre los procesos y se vuelve vulnerable a retrasos, cambios de presupuesto o falta de alineación con la identidad de marca.
El modelo híbrido: plataforma + equipo modular
Ante las limitaciones de los dos modelos anteriores surge una tercera opción: el modelo híbrido basado en plataformas centralizadas y equipos modulares. Este sistema combina lo mejor de la producción de contenidos in house (el control) con lo mejor de la externalización (la flexibilidad).
Un ejemplo claro es el modelo de Storimake. A través de su Business Portal, las empresas centralizan briefs, versiones, comentarios, entregas y presupuestos en un único espacio digital. Esto permite tener visibilidad y control total sobre los proyectos, algo que normalmente se pierde al externalizar.
El segundo pilar del modelo es el equipo modular. En lugar de mantener un equipo interno fijo o depender completamente de una agencia, las empresas pueden acceder a filmmakers, editores, creativos y community managers bajo demanda. Esto significa que se amplía la capacidad de producción solo cuando se necesita, optimizando así los costes.
La rentabilidad se multiplica porque las empresas pagan solo por los proyectos que realmente ejecutan, sin asumir sueldos fijos elevados ni tarifas infladas de agencias. Además, la agilidad del modelo permite tener piezas listas en plazos de 24 a 72 horas, lo que asegura que la estrategia de contenidos no pierda oportunidades por falta de velocidad.
Comparativa práctica: in house vs agencia vs Storimake
Para entender mejor las diferencias, comparemos los tres modelos en términos de costes, tiempos y flexibilidad.
- In house: implica costes fijos altos (sueldos, licencias, equipamiento) y una capacidad limitada por el tamaño del equipo. La ventaja es el control absoluto y la disponibilidad inmediata.
- Agencia tradicional: elimina los costes fijos, pero a cambio exige tarifas altas por proyecto y tiempos de entrega más largos. Además, la dependencia del proveedor es mayor.
- Modelo Storimake: combina la flexibilidad de la externalización con el control de un equipo interno. Permite escalar rápido, pagar solo por lo necesario y mantener trazabilidad completa de cada proyecto.
En términos de rentabilidad, el modelo híbrido suele superar tanto a la producción de contenidos in house como a la externalización clásica, porque logra un equilibrio entre calidad, rapidez y costes.
Qué modelo conviene según el tamaño de la empresa
No existe una única respuesta sobre cuál es el modelo más rentable. Todo depende del tamaño de la empresa, su nivel de recursos y la intensidad de su estrategia de contenidos.
Las startups suelen tener presupuestos limitados y necesitan agilidad. Para ellas, la producción de contenidos in house rara vez es viable, ya que no pueden asumir sueldos fijos. Tampoco conviene depender solo de agencias, porque los costes se disparan. En este caso, el modelo modular de Storimake es ideal, ya que permite producir bajo demanda con costes controlados.
Las pymes enfrentan el reto de crecer en visibilidad sin sobrecargar sus equipos. Aunque pueden tener un pequeño equipo in house, suelen necesitar apoyo externo para escalar su estrategia. Aquí también el modelo híbrido se presenta como la mejor opción, combinando la cercanía del equipo propio con la flexibilidad de un partner especializado.
En las corporaciones, con presupuestos más amplios, la producción de contenidos in house es común. Sin embargo, incluso las grandes empresas enfrentan limitaciones cuando necesitan producir mucho en poco tiempo o gestionar campañas internacionales. En estos casos, trabajar con un socio como Storimake aporta escalabilidad inmediata y control centralizado, lo que se traduce en eficiencia y ahorro a gran escala.
Conclusión
La producción de contenidos in house ofrece control y disponibilidad, pero implica costes fijos altos y limitaciones en escalabilidad. La externalización a agencias tradicionales aporta calidad, pero conlleva altos costes, tiempos largos y pérdida de control. El modelo híbrido basado en plataformas y equipos modulares combina lo mejor de ambos mundos: flexibilidad, rapidez y rentabilidad.
Al centralizar procesos en el Business Portal y acceder a un equipo modular bajo demanda, Storimake permite a las empresas optimizar costes, mantener calidad y escalar su estrategia sin aumentar estructuras internas.
En definitiva, la rentabilidad no depende solo de dónde se produce el contenido, sino de cómo se gestiona el proceso y qué grado de control y escalabilidad se consigue. Para la mayoría de empresas, el modelo híbrido representa la mejor solución.
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